Aunque le endilgaron el delito de homicidio culposo, encuadrado en el artículo 84 del Código Penal, Campillay fue excarcelado bajo condición, después de pasar dos días tras las rejas. El hombre investigado, que es gendarme y profesor de educación física, quedó en libertad, pero deberá solicitar una autorización judicial para salir del país y no podrá mantener contacto con los padres de la víctima, entre otras restricciones. Durante la audiencia prefirió no hacer declaraciones.

Por su parte, Ibazeta fue trasladado a la Comisaría 35º y allí permanecerá hasta que se lleve a cabo su audiencia para formalizar. Previamente, antes de que se presentara en Tribunales, el funcionario público se hallaba prófugo de la Justicia pues cuando fueron a detenerlo, allanamiento mediante en su domicilio, no lo encontraron.

Fuentes judiciales señalaron que el edil podría obtener el mismo beneficio que Campillay, dada la naturaleza del hecho. No obstante, eso se sabrá cuando el proceso se realice. Aunque el juez de Garantías Diego Sanz no le permitiera la excarcelación, desde el entorno de Ibazeta solicitarían el arresto domiciliario, dada las afecciones que padece en su salud.

El fiscal Francisco Micheltorena y el ayudante fiscal Adrián Elizondo, de la Unidad Fiscal de Investigaciones de Delitos Especiales, tienen pruebas que ponen a ambos como sospechosos del presunto delito de homicidio culposo, por posible impericia, negligencia e imprudencia por no tener en condiciones ese predio.

El niño fallecido, Hilario Uribe, se puso a jugar en la cancha de fútbol 5 junto a otros chicos. Supuestamente, uno de los niños se colgó y la estructura metálica cayó arriba de Hilario, con tan mala suerte que lo golpeó en su cabeza. El pequeño murió en el acto por la grave herida en el cráneo.

«Podría haberse previsto que pasara una desgracia así y no se hizo nada», indicó el fiscal Micheltorena en declaraciones radiales.

Fuete: Tiempo San Juan