“Diego Márquez, mi abuelo, dirigió en 1930 las obras del camino de Hilario a Barreal. Años después, en los 80 y 90, fue mi padre, Carlos Eduardo Pincolini, quien revolucionó la agricultura con los cultivos de manzana en Tamberías. Su socio, Horacio Ilardo, aportó su enorme experiencia en este desarrollo”, repasó, para señalar que las generaciones que trabajaron en la empresa, así como muchos descendientes, conservan un recuerdo imborrable de aquellas épocas.
Tal vez por eso, las escuelas de cordillera situadas en Calingasta suelen quedar dentro de los itinerarios que Vivencias Argentinas realiza una o dos veces al año con su tradicional camión cargado de donaciones.
Fue así que la última expedición, siempre con el objetivo de entregar ayuda, además de llevar actividades recreativas a los niños, tuvo lugar el pasado 7 de abril, cuando un grupo de voluntarios encabezados por Pincolini acercó a tres establecimientos educativos distintos elementos donados por benefactores, entre ellos cinco bicicletas, un teléfono celular para una futura docente de la zona y ropa para niños y adultos.
La actividad se inició en el primer destino, Barreal, donde a la noche se realizó una cena a la canasta en Pampa del Leoncito bajo las estrellas; luego un avistamiento en el observatorio “Félix Aguilar” y posterior llegada a la escuela José Clemente Sarmiento de esa misma localidad. Tras un desayuno con directivos, niños y padres de la escuela, se llevaron a cabo actividades recreativas.
Posteriormente las actividades se prolongaron en la Escuela Cristóbal Colón de Colonia Médano de Oro, Rawson.
Pincolini hizo referencia a la satisfacción que le provoca visitar estos establecimientos cordilleranos donde, año tras año, la fundación es recibida con amor y calidez.
Definió al lugar como un verdadero “paraíso” donde prevalece la naturaleza, las montañas y gente buena, honesta, alegre y arraigada a sus costumbres.
“Desde hace muchos años visitamos especialmente a la escuela José Clemente Sarmiento, a la que apadrinamos. Atesoramos un hermoso recuerdo de 2017, cuando llevamos a un grupo de 14 estudiantes de ese establecimiento a Puerto Madryn para que pudieran avistar ballenas y pingüinos”, recordó.
Elsa Michea, directora del establecimiento ubicado en calle Las Hornillas de Barreal, agradeció la visita de los voluntarios y expresó: “Aunque sé que solo decir gracias no es suficiente para expresar nuestro agradecimiento por la jornada recreativa realizada días atrás donde los chicos compartieron el desayuno, disfrutaron del castillo inflable y, además, recibieron bicicletas”.
“Desde la comunidad educativa estamos muy agradecidos por tan noble gesto hacia nuestra institución escolar. Nos sentimos muy complacidos de haber recibido su donativo. Una vez más le reitero mi profundo agradecimiento por su amable y generosa contribución. Sus donaciones nos permiten conseguir lo propuesto para nuestra institución y así poder cumplir las metas propuestas para nuestros alumnos. Gracias por ayudarnos a ser nuestra fuerza motriz. Con su apoyo avanzamos para satisfacer con nuestro objetivo común”, expresó la directora.
Si bien la fundación tiene origen en Mendoza, muchas de sus colectas tienen destino en Malargüe, La Paz, Lavalle y en San Juan.
“En esta ocasión visitamos dos escuelas para agasajar a tres establecimientos: los chicos de la José Clemente Sarmiento y de la 12 de Octubre, también de Calingasta, a la que acudieron alumnos de la escuela Batalla de Chacabuco”, repasó el fundador.
“Nos sentimos muy agradecidos por el inmenso amor y dedicación puesto de manifiesto por las directoras, maestras y personal en general de todas esas escuelas maravillosas. Es asombroso observar lo que hacen por sus niños y la gran generosidad demostrada”, apuntó.
Pincolini destacó la invalorable labor de la delegada en Tamberías, la religiosa sanjuanina Gladis Uliarte, “una persona con gran vocación que trabajó toda su vida en pos de las comunidades en las que estuvo designada”.
Finalmente, se refirió a un viejo anhelo de índole patrimonial que, dijo, supone además un sueño solidario: reconstruir el espacio conocido en Barreal como Casa de las Monjas con su histórica Capilla (frente al bellísimo Cordón de Ansilta), para destinarlo a Museo de Sitio y a educación y recreación para niños de escuelas albergue del secano de San Juan y Mendoza.
Tres décadas de misiones, viajes y solidaridad
Los 30 años de la fundación Vivencias Argentinas fueron celebrados en diciembre último con un agasajo multitudinario que reunió a benefactores, voluntarios y allegados en el Colegio San José de los Hermanos Maristas de Mendoza.
Días antes del evento, Pincolini y su inseparable camión habían visitado San Juan en la campaña número 23 para entregar zapatillas por un valor de 1 millón de pesos en escuelas de Calingasta.
“Nuestro sueño se inició en 1993 junto a un grupo de alumnos que deseaban hacer algo por los demás. Vivencias Argentinas tuvo como objetivo promover, realizar y apoyar actividades científicas, tecnológicas, educativas y culturales que favorezcan el desarrollo del conocimiento y de la formación integral de la persona”, resaltó.
En el comienzo estuvo formada por jóvenes, una característica que hoy sigue, con el apoyo de personas mayores que permiten que la organización funcione en forma proactiva.
En las últimas campañas la provincia de San Juan estuvo siempre involucrada llevando donaciones, juegos inflables y juguetes, además de zapatillas, a los chicos de bajos recursos.
Suelen recorrer en cada travesía alrededor de 500 kilómetros, la mitad de tierra. “El recibimiento es tan increíble que regresamos con el corazón lleno”, indicó Pincolini, para recordar iniciativas muy loables y solidarias que continúan hoy sin prisa ni pausa alentadas por un importante equipo de trabajo.
“Todas las actividades, como siempre, están orientarlas a nuestros grandes objetivos, solidaridad y conocimiento, haciendo lo que más nos gusta y trabajando por un mundo mejor para nosotros y nuestros hijos”, concluyó.
Fuente Tiempo de SJ