Jun 17, 2021 Servicio de noticias NACIONALES
Un 17 de junio como hoy, pero de 1821; Martín Miguel de Güemes fallecía en Cañada de la Horqueta (Salta); o pasaba a la inmortalidad, como suele decirse de los grandes próceres y héroes de la historia argentina. La muerte de Güemes contó con un agregado que le da un tinte un poco más legendario: Güemes falleció antes de que el objetivo por el que luchó y para el que conformó su propio ejército (”Los Infernales”) pudiera cumplirse: expulsar a las tropas realistas de España de “su Salta” (esto recién llegó a concretarse poco más de un mes después, el 22 de julio de 1821 cuando los “Gauchos de Güemes” liderados por José Antonio Fernández Cornejo lo consiguieron).
A 200 años de su muerte y a 11 desde que se instituyera el feriado para el 17 de junio (el primero fue en 2010 y es movilble; por lo que este año se trasladará al lunes próximo); el repaso por la historia e importancia del “héroe gaucho”, uno de los más olvidados de todo el proceso independentista de Argentina.
El 8 de febrero de 1875, Martín Miguel de Güemes nació en la provincia de Salta. Hijo de Gabriel de Güemes Montero (nacido en Santander, España) y de María Magdalena de Goyechea y la Corte (nacida en Jujuy), la infancia de Güemes fue en un ambiente de comodidad y lujos. Y es que su padre se desempeñaba como tesorero real de la Corona Española por aquellos años.
De chico se mudó a Buenos Aires y completó sus estudios en el Real Colegio de San Carlos, mientras que a los 14 años se alistó en el Regimiento Fijo de Infantería. En ese momento comenzó su vertiginosa carrera militar, que lo acompañó hasta el último instante de su vida.
Su primer gran combate fue en 1806, en el momento en que las tropas inglesas atacaron e invadieron Buenos Aires. Güemes fue parte de las tropas de la defensa comandadas por Santiago de Liniers; mientras que luego de 1810 el salteño se involucró a la causa revolucionaria e independentista que se inició luego de la histórica Revolución de Mayo. En ese momento fue destinado al Ejército del Norte, que combatió en el Alto Perú y fue integrante de las tropas que vencieron el 7 de noviembre de 1810 a las fuerzas realistas españolas en la batalla de Suipacha (actual Bolivia y, por entonces, Intendencia de Potosí).
Ya instalado en Salta, en el año 1815, Güemes formó su propio ejército, integrado por milicias gauchas y que contaba con el apoyo de pequeños productores, arrieros, mestizos, indios y personas que habían sido esclavizadas en el norte.
Entre tantos pergaminos, Güemes consta con el orgullo de haber sido el primer gobernador de Salta en haber sido elegido por asamblea popular y sin la intervención de Buenos Aires. Fue electo el 15 de mayo de 1815 y su cargo se extendió hasta 1820.
Un año antes de abandonar su cargo como gobernador, en marzo de 1819, una nueva invasión de las tropas realistas volvió a poner en jaque a Salta y a la figura del “gobernador gaucho”; mientras que, en 1821, Güemes se sintió a sí mismo rodeado. Mientras que en el norte de su territorio las tropas de la Corona Española españolas avanzaban; al sur de Salta una rebelión -con ataque civil incluido- emanaba como otra amenaza. Un grupo de terratenientes se había levantado contra Güemes, dejando en evidencia que las clases altas y pudientes de Salta ya no apoyaban al prócer.
Con esta doble amenaza -de propios y ajenos- avanzando casi hasta dejarlo cercado, el 7 de junio de 1821 finalmente las tropas realistas lograron tomar control de gran parte del territorio salteño. Ese mismo día, entre la noche del 6 de junio y la madrugada del 7; Güemes fue atacado y herido de un disparo con arma de fuego que le impactó en la espalda. Luego del ataque, el líder debió abandonar su residencia y refugiarse en la mencionada Quebrada de la Horqueta; donde, tras agonizar a la intemperie durante 10 días, el 17 de junio de 1821 su resistencia -personal- dijo basta y la vida de Güemes se apagó con 36 años.
“Voy a dejarlos, pero me voy tranquilo. Porque sé que tras de mí quedan ustedes, que sabrán defender la patria con el valor del que han dado pruebas”, son las últimas palabras que se le adjudican a Güemes, dirigidas a sus tropas.
Más allá de la muerte del combativo prócer -y en cumplimiento al pedido de su líder-, el enfrentamiento entre “Los Infernales” y las tropas realistas se mantuvo durante más de un mes; hasta que -finalmente- el 22 de julio de 1821 el ejército local, liderado por Fernández Cornejo, logró la expulsión de los invasores españoles.
El hecho de haber sido el primer gobernador de Salta elegido por asamblea popular dejan en evidencia que la figura de Martín Miguel de Güemes contaba con una gran simpatía y apoyo popular por parte del pueblo salteño (a excepción de los terratenientes que, tiempo después, se alzaron civilmente en su contra).
“Martín Miguel de Güemes fue el líder de esta contienda en el norte y de este grupo de soldados gauchos que conformaron la base del Ejército de Güemes, que puestos a combatir contra el enemigo; desplegaron sus vastos conocimientos. Y Güemes supo, además, trasladar el respeto de sus gauchos a los intereses de la Patria, a través de acciones solidarias con las viudas, huérfanos y necesitados, al compartir sus bienes. Es por ello que, en las peores épocas de la guerra, tuvo que recurrir a préstamos voluntarios y forzosos, a expropiaciones a españoles que no colaboraban en la guerra, a suspensión del pago de arriendos, lo que le ganó numerosos enemigos internos que luego terminarían atentando contra la vida del líder” describió el director del Museo Histórico del Norte, Mario Lazarovic, en una entrevista con el sitio web de Cultura de la Nación.
“Los Infernales” fue el nombre que recibieron las combativas tropas creadas y lideradas por Güemes; y también la denominación con que quedaron inmortalizados en la historia. Este ejército -donde se destacaban indios y gauchos– defendió aguerridamente la frontera norte en el momento en que el Ejército de los Andes -comandado por José de San Martín– extendió su gesta libertadora a Chile y Perú. En total, “Los Infernales” lograron repeler 7 ataques e invasiones realistas; y lo hicieron por medio de la “guerra de guerrillas” (atacaban de improviso y luego se dispersaban por el monte).
“Güemes organizó, junto con José de San Martín, la estrategia de la guerra de recursos contra los realistas; basada principalmente en la capacidad y los conocimientos que los gauchos tenían de su territorio. Ellos, como ningunos, conocían como la palma de su mano las quebradas, los ríos, los cañadones y los pasos entre los valles. Este conocimiento puesto al servicio y causa de la emancipación de nuestro país resultarían con los años decisivas para controlar la frontera norte”, agregó Lazarovich.
Fuente: Los Andes
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