A pesar del susto por el sacudón que sufrió el suelo sanjuanino el lunes por la noche y luego de constatar que en los edificios públicos sólo se registraron daños menores, en la Dirección de Planteamiento y Desarrollo Urbano la sensación fue de satisfacción porque no hubo que lamentar un desastre como sucedió hace 44 y 77 años atrás, con los terremotos anteriores. Y el motivo principal de ese resultado fue la evolución en las construcciones de la provincia, que demostraron ser -en su mayoría- una garantía de sismo resistencia.

Incluso el mismo presidente Alberto Fernández destacó este avance en la sociedad sanjuanina y la felicitó por ello, por aprender del desastre y estar preparada frente a la eventualidad. En ese marco, la titular de la repartición, la arquitecta Jaqueline Cueli, destacó que en términos estructurales -salvo los domicilios particulares, que no cumplen con las medidas de sismo resistencia y que se derrumbaron- la respuesta fue positiva producto del trabajo de generaciones dentro de la dependencia que comanda.

«Esto es el resultado de la tarea de años de Planeamiento, de la previsión y del control en las edificaciones. El terremoto sirve como prueba para tomar conciencia sobre la importancia de tener las habilitaciones y de respetar las regulaciones», indicó la funcionaria que junto a su personal a cargo formó parte del operativo de inspecciones en lugares con riesgos de derrumbe.

Si bien al mediodía de este martes resultaba todavía temprano para realizar una evaluación general de los daños en todo el territorio, aseguró que las construcciones de gran porte como el Centro Cívico quedaron operativas pese al brusco sacudón. «En lo estructural no hay roturas ni daños, solo se observaron algunos desprendimientos de mampostería y de daños ‘cosméticos'», explicó.

En el moderno edificio público (inaugurado en 2009), las instalaciones eléctricas y de agua no se vieron afectadas y ello representó todo un triunfo para los profesionales que, de cierto modo, participaron en su construcción. «Estamos tranquilos desde la entidad que aprueba y controla estas obras. Hasta ahora no hemos recibido denuncias de problemas graves en otros edificios, que los hay de hasta 12 pisos. Es por ello que la evaluación es positiva», argumentó.

El ingeniero que también cumple tareas en Planeamiento, Daniel Soria, le dijo a Tiempo de San Juan que, excepto los daños secundarios que pueden haberse relevado y la explosión de algunos transformadores que dejaron sin luz a una porción de la población, la ciudad funcionó normalmente y todos sus servicios también, algo que deja en evidencia lo bien preparada que estaba San Juan ante semejante sismo. «El resultado se lo debemos a la planificación», agregó.

Aunque la magnitud del violento sismo fue menor al último terremoto de 1977, que fue de 7.5, las destrucciones que se produjeron esta vez no son -ni cerca- similares a las que se registraron en aquella oportunidad, cuando San Juan sufrió centenas de heridos y 65 fallecidos. Según las cifras oficiales que este mediodía informó el gobernador Uñac, los damnificados con lesiones de consideración fueron 4 en total, dos adultos y dos menores.

En el ’77, San Juan quedó convertida en escombros (sobre todo Caucete, donde fue el epicentro) con graves daños edilicios. Los servicios de energía y redes de agua se vieron severamente afectados y rutas y vías férreas destruidas dejaron incomunicada a una provincia devastada.

Hoy, nada de eso sucedió en líneas generales, salvo en viviendas precarias, por lo que se puede afirmar que la sismo resistencia con la que cuentan las edificaciones en la provincia evitó que las consecuencias en la provincia fueran catastróficas.